jueves, 30 de mayo de 2013
HALCÓN DE ORO EN LA VIII MOSTRA LATINO AMERICANA DE TEATRO DE GRUPO/SP
Crítica teatral a la obra "Halcón de Oro Q´orihuaman" del CEXES - Perú
Zecarlos de Andrade
(traducción al castellano de Lorena Best)
Cuando
se escriba la historia del teatro contemporáneo, con seguridad se
referirán a esta arte como el resultado del hibridismo de varios
lenguajes que se complementa con la superposición de capas estéticas que
se penetran unas a las otras. El trabajo presentado por el Cexes de
Lima es una fusión de teatro, música y danza, que transita entre el
Butoh, Artaud, Barba y Kantor. Y hasta tienen un espacio para pasar
rápidamente por un ritual sufí de los dervishes.
Rodolfo Rodriguez, es un estupendo actor con presencia nosferatica, comparte el escenario con Alfredo Alarcón. Durante 60 minutos contraescena con una cama de hierro que lo acoje, aprisiona, sustenta, desafía y, al fin, lo eleva al suspenderlo de la tierra. No es necesario decir que esta cama se llega a convertir en personaje, desencadenando los conflictos principales.
Los límites del teatro físico son puestos a prueba en esta investigación que debe haber nacido de una performance y terminó convirtiéndose en un espectáculo. Hasta los riesgos propios de la performance están presenten y se sienten en el momento en que el actor, cogiéndose la cama por detrás, rueda con tamaña velocidad que es capaz de elevar la cama del piso.
El tono místico atraviesa la representación y hace que recuperemos nuestro imaginario y el repertorio ritual de nuestra América Latina. Esto le da al montaje el color local con delicadeza y poesía. Para los que buscan una fábula, la pueden encontrar, pero es lo menos importante. Como se lee en el programa de mano, se trata de un ex combatiente confinado en un manicomio, perdido en un laberinto de alucinaciones. Los bloques son delimitados dramáticamente por la banda sonora , sin usar la palabra. Esto compone un cuadro mágico, en el que el cuerpo del actor es el único conductor de la acción dramática. Los que observamos son verdaderas partituras corporales, cumplidas con el máximo rigor y precisión. No hay nada para entender! Espectáculos como este son indispensables en nuestra ruta. Este tipo de propuestas van a recuperar al teatro, partiendo de una estética aún no concebida en su totalidad, una forma de expresión que registre para la posteridad el estado de perplejidad en el que nos encontramos ante la civilización de la barbarie que caracteriza el primer cuarto del siglo XXI.
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